Entrevista
Luis Márquez de la Plata, responsable de la Fundación Globomedia
“Globomedia fue de las primeras productoras que dedicó una atención grande al mundo de la discapacidad intelectual”
11/11/2014
Blanca Abella / Imágenes: Jorge Villa
La Fundación Globomedia nace fundamentalmente para la difusión de los valores sociales, de los valores humanos, desde su posición dentro del mundo audiovisual. Aunque en un principio los estatutos no mencionan específicamente el mundo de la discapacidad, en pocos años se convierte en un objetivo fundamental y se incorporan líneas de trabajo centradas en la visibilización de estas personas. Poco a poco, introducen también la importancia del empleo como colaboración prioritaria.
Las personas con discapacidad no suelen aparecer en los medios, y ese ha sido uno de los objetivos fundamentales de la fundación, ¿cómo se llega al otro objetivo primordial del empleo?
Descubrimos que uno de los grandes problemas de las personas con discapacidad es que no tienen las mismas posibilidades de acceso a la formación y abrimos una línea de trabajo muy dirigida a dar formación a las personas con discapacidad para su posterior incorporación al mundo laboral, todo eso referido al ámbito en el que nosotros nos movemos, que es el audiovisual.
¿Qué es la responsabilidad social en el caso de una empresa como Globomedia?, ¿cómo trasladan a los responsables de la empresa y al resto de trabajadores el concepto, la idea de la responsabilidad social?
Desde dentro de la fundación hay muchas cosas que proponemos al grupo de empresas y que de alguna forma tienen que ver con lo que nosotros pensamos, que debe ser la difusión de valores sociales dentro del grupo. Y es fácil convencer a nuestros directores porque desde el principio estaban convencidos. Globomedia fue de las primeras productoras que, sin que estuviera escrito en ningún sitio, dedicó una atención muy grande al mundo de la discapacidad intelectual. ¿Cómo? Pues haciendo cosas. Hace 10, quizás 14 años, al principio de Globomedia, tuvo mucho éxito en una serie, Médico de familia, la incorporación a la plantilla de actores de un chico con discapacidad intelectual. Fue muy importante, esos capítulos los veían aproximadamente entre 8 y 10 millones de personas cada emisión. Veían cómo una persona con discapacidad intelectual podía desempeñar unas funciones dentro de una estructura laboral. A partir de ahí siempre se han ido incluyendo algunos elementos, unos relacionados con la discapacidad y otros con la responsabilidad social, de hecho, continuamente hay organizaciones que nos están pidiendo colaboración para difundir mensajes que tienen que ver con la solidaridad y los valores humanos, que forma parte de nuestra forma de ser.
¿Qué otras acciones en favor de la inclusión de la discapacidad promueve la fundación?
Hay una muy reciente, hace poco firmamos un convenio con Feaps y con Adisli (Asociación para la Atención de Personas con Discapacidad Intelectual Ligera e Inteligencia Límite) para hacer unos cursos de realización de vídeo-currículum. Estas personas no tienen las habilidades para hacerlo y les cuesta mucho trabajo y en colaboración con otra entidad hemos gestado unos cursos para la realización de esos vídeo-currículum. Voluntarios de la Fundación Globomedia y voluntarios de otra entidad han impartido esos cursos.
Pero el proyecto más interesante, el proyecto estrella es el curso de interpretación para personas con discapacidad. Pensamos qué podíamos hacer, que fuera parte de nuestra actividad, y que ayudase a la inserción laboral de personas con discapacidad. Su talento estaba ahí y había que aprovecharlo y surgió el tema de un curso de interpretación y ya hemos hecho el tercero. Empezamos de una forma un poco tímida, el segundo año volvimos al mismo formato y este año hemos tenido la oportunidad de hacer un curso mucho más potente, porque se interesó la Fundación Atresmedia por el curso y nos propuso hacerlo de manera conjunta.
¿Y cómo está funcionando después de tres años en marcha?
Dos alumnos del curso de la última edición han creado una asociación cultural que se llama Acción Escénica Inclusiva Avatares, y en este momento están ya preparando representaciones para entidades importantes, una de ellas la Compañía de Blanca Marsillach. También van a representar una obra escrita en la propia asociación y que ha sido solicitada por la Oficina en España del Parlamento Europeo. Hemos abierto ahí un camino que va a dar muchas más opciones laborales, que es de lo que se trata. Creo que la formación que podemos ofrecer no es una formación lúdica, aunque la interpretación pueda tener aspectos lúdicos, es una formación dirigida a profesionalizarse. Queremos que estas personas, que han tenido una formación muy intensa y profesional, lleguen a ser profesionales.
¿Reciben proyectos de las entidades y solicitudes de colaboración?
Tenemos contacto con muchas asociaciones y hay un intercambio de intereses y propuestas constantes. El aprendizaje para la elaboración del vídeo-currículum fue una propuesta de Feaps y nosotros vimos que podíamos aportar algo. Nuestra fundación es muy pequeña, pero tenemos un núcleo de voluntarios que están dispuestos a dar lo mejor para todo este tipo de acciones.
¿De qué otra manera surgen esos proyectos?
Desde hace tres años damos un curso de iniciación audiovisual en un colegio de primaria que tiene una particularidad, y es que es un colegio de inserción de grandes discapacidades y tiene un porcentaje muy alto de niños con discapacidad física, y también de niños extranjeros. Ese colegio hace tres años quedó primero en las pruebas de habilidades básicas que se hace a todos los colegios. Al ver eso en la prensa me llamó mucho la atención y sobre todo el hecho de que no se le diera importancia y me puse en contacto con la directora, me interesaba hacer algo con ellos y se nos ocurrió hacer un curso de iniciación al mundo audiovisual para chicos de 12 años. La idea no es que sean profesionales sino que aprendan a manejar herramientas que luego van a tener en su día a día. Lo hemos hecho tres años y este año nos están esperando de nuevo. Lo hacemos con voluntarios de la fundación, es apasionante. En este caso es con un colegio público que no podría hacerlo si no fuera así.
¿Qué opina de la recién aprobada Estrategia Española de Responsabilidad Social de las Empresas?
Hay momentos en los que, aunque no sea la mejor propuesta, hay que intentar que haya una propuesta y desde luego lo que sí se ha conseguido es que la prensa recoja información sobre la responsabilidad social empresarial de una forma más sistemática y más actual, más noticiosa. Es mejorable, desde luego, pero es un paso importante, que se dé y que se cuente.
¿Servirá esa estrategia para definir mejor de cara a la sociedad cuál es el papel de la responsabilidad social de las empresas?
Creo que la empresa tiene una responsabilidad respecto a su entorno que no puede obviar y que además va a hacer que cambien cosas. Si las empresas toman conciencia de que todo lo que ellas hacen tiene una repercusión sobre una serie de actores, todo el mundo podría colaborar en que nuestro entorno sea mejor, en muchísimos aspectos. La responsabilidad social es un campo tan amplio que cada empresa tiene que trabajarlo en lo que más le atañe. Nosotros no tenemos una actividad, en teoría, perjudicial para el medio ambiente, aunque seguro que podemos hacer algo en eso; nosotros hemos centrado el tiro en la difusión de los valores sociales y nuestros interlocutores son muchos. Hablamos constantemente con las asociaciones de discapacidad, con la administración, con las universidades, con otras productoras… nuestra actividad está dirigida a transmitir lo que nosotros pensamos que debería ser lo justo.